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lunes, 27 de marzo de 2017

Matutina de Damas : Marzo 27, 2017

Se acabó el misterio


«No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor» (Mateo 28: 5-6).


¿A quién no le atrae el misterio? La Biblia contiene uno de los mejores misterios, y las mujeres jugaron un papel importante en él. El misterio comenzó con un cuerpo desaparecido. Las mujeres sabían dónde debía estar. María Magdalena y María, la madre de José, habían visto a José de Arimatea y a Nicodemo colocar a Jesús en el sepulcro nuevo el viernes (ver Luc. 23: 55). Así que el domingo en la mañana, cuando llegaron de nuevo al sepulcro, ¡se sorprendieron al descubrir que el cuerpo había desaparecido!

Es difícil saber a qué hora fue y regresó cada una, pero Lucas 24 dice que María Magdalena y las otras mujeres corrieron a informar a los discípulos de que el cuerpo había desaparecido. No debería sorprendernos que los hombres no creyeran a las mujeres, pero Pedro y Juan salieron a comprobarlo y ellas los acompañaron. María se quedó atrás y, gracias a eso, descubrió la solución al misterio (ver Mar. 16: 9-10). Jesús había resucitado!

Sabemos que «hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo y, acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella» (ver Mat. 28: 2). Los soldados recibieron dinero para que mintieran sobre lo que había sucedido, pero las mujeres sabían la verdad, y podemos estar seguras de que se lo contaron a las demás mujeres que se encontraron en los molinos, en los pozos y en el mercado. ¡María predicó al Salvador resucitado! (ver Elena G. de White, El evangelismo, cap. 14, p. 345).

Ese mismo día, Jesús caminó con Cleofás y su esposa en el camino a Emaús, Ellos, a su manera y con su propio público, testificaron de que Jesús había resucitado. Y no eran los únicos. Pablo nos dice que Jesús, una vez resucitado, se apareció a más de quinientos discípulos (1 Cor. 15: 6). El misterio estaba resuelto, ¡La maravillosa y gloriosa noticia de que Jesús había resucitado era un hecho !

Este no es un misterio como cualquier otro, que lo resolvemos y seguimos adelante como si nada. Este es un misterio que nos llama a tomar una decisión ¿Qué haremos tú y yo ahora que sabemos que Cristo ha resucitado? Somos nosotras las que escribiremos el final de la historia. ¿Qué decisión tomaremos hoy?

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