Buscar...

viernes, 17 de febrero de 2017

Matutina de Menores : Febrero 17, 2017

DIOS SABE LO QUE HACE

          

   “El justo por la fe vivirá” (Gálatas 3:11).



Un joven se fue de viaje en avión, sin anticipar que ese día cambiaría su vida para siempre. El muchacho era un buen cristiano y confiaba plenamente en Dios; por eso, se sentía protegido. Pero durante el viaje sucedió algo inesperado. Sobrevolando el mar, uno de los motores del avión se averió y el piloto tuvo que hacer un descenso forzoso sobre el océano. Esto casi nunca pasa, los aviones son muy seguros; pero le pasó al joven de nuestro relato de hoy.
Tras chocar contra la capa de agua del océano, casi todos los pasajeros del avión murieron, pero el joven logró aferrarse de un objeto y mantenerse con vida, flotando sobre el agua, dejándose arrastrar por la corriente. Así, flotando a la deriva, días después llegó a una isla desierta. Cuando se vio a sí mismo pisando tierra firme, sobre la arena de la playa, ¡no lo podía creer! Totalmente agotado, lo primero que hizo fue dar gracias a Dios por haberlo librado de la muerte.
Ahora quedaba algo muy difícil: sobrevivir en una isla donde no había absolutamente nada.
El joven logró alimentarse de peces del mar y plantas y flores silvestres. También logró derribar algunos árboles, con los que construyó una especie de choza, que aunque no era gran cosa se convirtió en su casa. Él quedó muy satisfecho, y una vez más agradeció a Dios por su ayuda, y porque ahora podía dormir tranquilo y resguardado de los animales salvajes.
Un día, cuando regresó de pescar, el joven descubrió, apenado, que su cabaña estaba totalmente envuelta en llamas. Llorando, exclamó: “¡Cómo es posible que tú, Dios mío, hayas permitido esto! Tú sabes que necesitaba esa cabaña… No has tenido compasión de mí”. En ese momento, una mano se posó sobre su hombro: “¡Vamos, joven!”, le dijo una voz. Frente a él había un marinero, que añadió: “Hemos visto sus señales de humo y hemos venido a rescatarlo”.
A veces, no comprendemos por qué suceden ciertas cosos; aun así, podemos seguir confiando en Jesús. Él sabe lo que nos conviene y hará lo que sea mejor para nosotros. No necesariamente lo que nos gusta, sino lo que de veras nos hace falta. ¿Tienes fe en Jesús? Eso es lo único que él pide de ti.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario