Buscar...

miércoles, 6 de julio de 2016

Matutina de la Mujer: Julio 6, 2016

¿DÓNDE ESTÁS BUSCANDO?


“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33, RV95).



Nasrudín, ese personaje mítico turco, nos ha dejado anécdotas muy interesantes. Una de ellas cuenta que una noche, estaba dando vueltas a una farola, cuando un vecino le preguntó: “¿Has perdido
algo?” “Sí, mi llave”. El vecino le ayudó a buscar la llave y, poco después, pasó otra vecina. “¿Qué están haciendo?”, preguntó. “Buscando la llave de Nasrudín”. También ella se puso a buscar. Otro vecino llegó, y juntos buscaron un largo rato hasta que uno dijo: “Llevamos mucho tiempo buscando tu llave, ¿seguro que la perdiste en este lugar?” “No -dijo Nasru- din- La perdí en mi casa”. “Entonces, ¿por qué la buscamos aquí?” “Porque aquí hay más luz”.

La aparente estupidez de este antihéroe se parece a la actitud que tenemos a veces: buscamos esa llave, esa panacea a una vida que nos parece “incompleta”, donde no puede ser hallada. Pensamos: “Si pudiera tener un hijo, qué plena me sentiría”, pero aunque tener hijos llena mucho, no salva, ni garantiza felicidad. Aunque parezca un lugar oscuro donde buscar, “feliz [es] el hombre a quien Dios reprende” (Job 5:17); “que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores” (Sal. 1:1); “a quien sus culpas y pecados le han sido perdonados por completo” (Sal. 32:1); “que honra al Señor y se complace en sus mandatos” (Sal. 112:1).

Pensamos: “Cuando termine mi carrera sí voy a poder tener una vida exitosa”, pero por muy loable que pueda ser la formación académica, no garantiza un trabajo que permita ser fiel a los principios de Dios ni un estilo de vida que nos prepara para el cielo. “Si encontrara un esposo, no me sentiría sola, y quizá la gente tendría una mejor opinión de mí”, pero por muy cierto que pueda ser todo eso si se elige a la persona correcta, Dios ya es nuestro compañero, nos señala cómo vivir para ganamos el respeto ajeno y nos da a Cristo como fuente de verdadera autoestima.

Algunas luces de neón son un tanto engañosas. Buscar en ellas es perder el tiempo. La única fuente de plenitud, sabiduría, amor y felicidad es Dios. Busquemos ahí, aunque a veces parezca un lugar oscuro porque implica negación de una misma, sacrificio, cambio de vida y arrepentimiento. El que busca en Dios, encuentra (Mat. 7:8).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario