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lunes, 6 de junio de 2016

Matutina de Menores: Junio 6, 2016

LA GRAN OFERTA DEL SEÑOR


Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios… y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada. Santiago 1:5,6.



Supón que alguna noche oscura, mientras estás durmiendo, sueñas con la voz de Dios que truena desde el cielo con un gran ofrecimiento: “Pídeme lo que quieras y te lo daré”.

¿Cuál seria tu respuesta?

Bien, Dios hizo esta misma oferta a Salomón en un sueño, una noche después de que se convirtiera en rey de Israel. Y ¿cuál fue la respuesta de Salomón? “Ahora pues, Jehová Dios mío… yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir… Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo (l Reyes 3:7, 9).

La Biblia dice que la respuesta de Salomón complació al Señor. ¿Sabes por qué? Porque aun en su sueño, Salomón no pidió larga vida, riquezas o la victoria sobre sus enemigos. Se daba cuenta de su necesidad de sabiduría del Cielo, más que de cualquiera otra cosa. Humildemente, pidió a Dios que le diera una mente aguda y que le permitiera manejar los problemas que enfrentaría al cuidar de su pueblo.

Y porque pidió esto por sobre todo, Dios prometió darle no solo sabiduría, sino también riquezas más allá de lo imaginable. Y si permanecía fiel, también tendría una larga vida.

El rey Salomón demostró el don de la sabiduría, que Dios le había dado, por la manera en que negoció con dos mujeres que habían concurrido ante él discutiendo por un bebé. Cada una dijo que el bebé era suyo. ¿Quién era la madre verdadera? iAmbas proclamaban serlo!

“Tráiganme una espada”, dijo Salomón. “Dividiremos al niño en dos y les daremos la mitad a cada una”.

“Por mí está bien”, dijo una mujer. Pero la otra gritó: “¡No! Denle el niño a ella; ¡no lo lastimen!”

Salomón supo inmediatamente quién era la verdadera madre, y dio el bebé a la mujer que estuvo dispuesta a abandonar a su hijo antes que verlo muerto.

Aunque las nuevas de la sabiduría del Rey se extendieron por todas partes, aquí la verdadera buena nueva es que el Dios que fue tan generoso con Salomón está todavía alrededor de nosotros, ¡y tú y yo, ante cualquier problema, podemos obtener ayuda de la misma gran Fuente de sabiduría!

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