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sábado, 4 de junio de 2016

Matutina de Jóvenes: Junio 4, 2016

¿Quieres ser sano?


<<Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: “¿Quieres ser sano?”>> (Juan 5: 6, RV95).



Casey Cease nacio en un hogar cristiano. De niño asistía cada semana a la iglesia; cantaba, oraba y estaba seguro de que tenia un lugar reservado en el cielo.


Sin embargo, todo esto cambió cuando llegó a la adolescencia y supo que creer en Dios se había tornado en una practica irrelevante. Su crisis espiritual devino en una aguda depresión; se sentía infeliz y busco llenar su vacío interior con el alcohol. A los diecisiete años un trágico accidente marcaría un punto de inflexión en su vida. Mientras celebraba una fiesta en su propio hogar, Casey decidió salir de la casa y conducir su Camaro Z28. Sus amigos trataron de impedirle que manejara, pero él no les hizo caso.

Tras haber manejado varias cuadras, decidió volver a la fiesta, pero ya el alcohol tenía control absoluto de sus facultades. Cuando John, uno de sus amigos, vio que Casey se acercaba dando tumbos, se puso en medio de la calle y alzó las brazos para que se detuviera. Pero en lugar de detener el automóvil, Casey arrolló a su amigo.

Si antes del accidente su vida ya no tenia sentido, ahora lo único que quería era morir. El complejo de culpabilidad lo asediaba noche y día. Hasta que escuchó a un predicador contar la historia del paralitico de Juan 5. Y como si le estuviera hablando directamente a Casey, el predicador citó Juan 5: 6: <<¿Quieres ser sano?>>. Recordando ese momento, Casey escribió: <<Esa noche no hice una oración especial. […] Pero sí le pedí a Cristo que me sanara. Fue un momento íntimo entre Dios y yo, pero ese día él comenzó a abrir mis ojos, a abrir mis oídos y a ablandarme el corazón. Me hizo suyo>>.

En la actualidad, Casey Cease se desempeña como pasto de iglesia y se dedica a ayudar a los jóvenes a alejarse de los vicios y acercarse a Jesús. Dios lo restauro física, mental y espiritualmente. Si Cristo sanó a Casey, también puede sanarte a ti, por muy grave que sea tu caso. Hoy puedes escuchar su voz diciéndote: <<¿Quieres ser sano?>>

Por favor, dile que sí.

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