Convertida en sal
Experimenta: ¿Qué futuro deseas para ti?
El Salar de Uyuni, en Bolivia, es el impresionante desierto salado más extenso del mundo. Tiene más de 10,000 km2 de extensión y 120 metros de profundidad. Cada una de las capas del suelo mide entre 1 y 10 metros de ancho, así que la parte más profunda debe de tener entre 11 o 12 capas de sal. Busca fotos de ese particular paisaje blanco y salado en Internet.
Cuando Dios decidió destruir las perversas ciudades de Sodoma y Gomorra, recordó que el sobrino de Abraham, Lot, y su familia, vivían allí; tuvo compasión de ellos. Envió dos ángeles a rescatarlos. Tuvieron que tomarlos de las manos, pues vieron que no tenían muchas ganas de irse a pesar de lo malo que sucedía. Cuando estuvieron fuera de la ciudad, los ángeles les ordenaron que no miraran hacia atrás, sino que avanzaran y se pusieran a salvo. Caminaron lentamente y de mala gana. Cuando Dios hizo descender fuego y azufre del cielo para consumir esas terribles ciudades, la esposa de Lot volteó la cabeza. La curiosidad por ver qué le pasaba a su ciudad la hizo desobedecer. Inmediatamente quedó convertida en estatua de sal.
El paisaje en el salar de Uyuni es prácticamente de un solo color, porque es muy poco lo que puede sobrevivir en ese ambiente. Pregúntate entonces: ¿Qué puede subsistir en medio de la maldad y la desobediencia? La esposa de Lot no lo consiguió: se convirtió en sal.
Es probable que Dios te tome hoy de la mano para sacarte de donde te pierdes: aquel grupo de amistades rebeldes o esa escuela donde nada bueno aprendes. No mires hacia atrás. Deja que Dios te guíe para que no te conviertas en sal y seas únicamente parte del paisaje. Dios tiene planes para ti.
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