Buscar...

domingo, 11 de enero de 2015

Matutina de Jóvenes: Enero 11, 2015

Necesitamos al infinito


Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:19



¿Qué es lo que mueve la conducta del ser humano? ¿Qué es lo que nos motiva a actuar? Una de las más conocidas teorías al respecto es la del psicólogo Abraham Maslow (1908-1970), conocida como
la pirámide de las motivaciones. Esta pirámide establece una jerarquía de necesidades humanas, que van desde las más básicas hasta las de índole superior, en cuya necesidad de satisfacción estarían los resortes de la motivación y de la conducta.

Para Maslow, estas necesidades son, en orden de aparición: fisiológicas (sueño, comida, abrigo), de seguridad (techo, empleo, protección), afectivas (saberse querido por alguien), de reconocimiento o autoestima (saberse aceptado y valorado por uno y por los demás) y, finalmente, en la cumbre, la necesidad de autorrealización (desarrollar las potencialidades, los sueños y aspiraciones personales).

Sin embargo, existe una necesidad no mencionada por Maslow, que yo llamaría el “anhelo por lo absoluto”: la necesidad de conectarse y es­ tar envueltos por lo absolutamente puro, bello, bueno, sabio, eterno. Esta necesidad está reservada para los que sienten que en la vida tiene que haber algo más que solo la lucha por la subsistencia y la necesidad de ser reconocidos por otros; algo más que solo el deseo de sentirse realizado. Es el hambre por lo infinito, por el bien supremo; es el hambre de Dios.

Hay dos cualidades de Dios: lo absoluto y lo infinito, casi sinónimas, que son las que mejor definen la especificidad de lo que significa Dios, y que lo distinguen del resto de los seres que pueblan el universo: es el ser sin límites, sin defecto, sin mancha, en cuya persona se encuentran todos los bienes y las bondades elevados hasta la enésima potencia.

Dios es aquel que puede satisfacer toda necesidad, desde las más elementales, hasta las más sublimes aspiraciones y anhelos del corazón. Y hoy desea encontrar un lugar en tu vida, si lo deseas y se lo permites: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” (Isa. 57:15).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario