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sábado, 20 de diciembre de 2014

Matutina de la Mujer: Diciembre 20, 2014

El mayor privilegio


“Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba”. Proverbios 31:28.



El Señor dio a la mujer muchos privilegios, y también grandes responsabilidades. Ser madre es, quizás, el más grande y sagrado privilegio. Estamos viviendo en tiempos muy difíciles, cuando los valores se han relativizado. La ambición de tenerlo todo, y tal vez el genuino deseo de brindar lo “mejor” a los hijos, nos hace perder de vista lo más importante: formar en ellos un carácter sólidamente afirmado en los principios eternos. Esto no es fácil. Es tan sagrado como difícil. Requiere dedicarles a los hijos el tiempo necesario para responder todos sus interrogantes, y crear un vínculo afectivo profundo que grabe la imagen del Creador y sus mandamientos en sus pequeños corazones.

No es suficiente enseñarles la lección de la Escuela Sabática. Los hijos nece-sitan ver reflejado en sus padres el carácter de Cristo. Su dosis diaria de amor manifestada de diferentes maneras, les harán saber cuánto significan para sus padres y cuánto valoran ellos cada progreso en su crecimiento. La madre, por ser la más cercana a los hijos, es la más indicada para modelar el carácter de ellos.

Nuestra sociedad está llena de niños y adolescentes que no saben lo que significa el amor de una madre o un padre. Quizá sea esta una de las causas de la desorientación, el vacío y la ausencia de valores que experimenta la juventud de nuestros días.

Otra consecuencia lamentable que trae consigo el afán por lo material es que hoy la mujer también se ve obligada a colaborar con los ingresos para sostener el hogar, aunque a veces eso signifique darles a los hijos lo que no necesitan, ni les hace bien. En esos casos se debería planificar muy bien la combinación de trabajo y vida familiar para que no se vean afectadas la relación con los hijos y con el cónyuge.

El matrimonio debería estar muy unido en todos sus propósitos, y dialogar constantemente acerca de su relación, la educación de los hijos y el buen funcionamiento de la familia. Todo esto en el marco de la comunicación con Dios, la lectura de su Palabra y la oración. Seamos amigas de Jesús y nuestro hogar será un pedazo de cielo en esta tierra.

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