Buscar...

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Matutina de Adultos: Diciembre 24, 2014

El porqué del éxito -3


Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 2 Pedro 3:18.



Otro factor que llevó al éxito evangelizador del millerismo y del adventismo del séptimo día es el contenido, o el elemento doctrinal, en su visión de la verdad. De modo que el millerismo tenía lo que consideraba que era una importante interpretación bíblica, para ofrecer a las personas en busca de significado: el regreso premilenial de Cristo. Como resultado, el millerismo no era solamente una parte del andamiaje eclesiástico: era un símbolo de algo distintivo, que lo diferenciaba de otros grupos religiosos. Tenía un mensaje que predicar. Y muchos respondieron a eso.

Como vimos anteriormente, una de las razones de la desaparición del adventismo evangélico fue que este había perdido su peculiaridad doctrinal, una vez que una parte importante del protestantismo estadounidense aceptó el premilenialismo. Después de eso, el adventismo evangélico no tenía razón de existir. Por otro lado, los adventistas cristianos adoptaron la inmortalidad condicional, como punto focal que brindaba una razón para una existencia confesional separada.

Por el contrario, los adventistas del séptimo día crearon todo un arsenal de creencias no convencionales, y consideraban que su misión especial era compartirlas con el mundo. Y, así como una cometa vuela a contraviento, así también hay una dinámica en los movimientos religiosos vitalizados por las diferencias y hasta por la oposición. Ser diferente otorga un sentido de identidad y significado a las personas, y a los grupos sociales.

Clyde Hewitt, al tratar de explicar el crecimiento del adventismo del séptimo día en contraste con la falta de crecimiento de su comunidad adventista cristiana, observa que “las creencias distintivas de la confesión [adventista del séptimo día], si bien hacen que sean vistas con sospecha por muchos creyentes cristianos tradicionales, aparentemente les ha dado a sus fieles miembros una determinación de carácter individual y grupal que llega a explicar su éxito”. Por otro lado, el adventismo del séptimo día (al igual que el millerismo) está lo suficientemente cerca de la ortodoxia, en la mayoría de las doctrinas centrales, como para hacerse oír entre otros cristianos.

Está bien ser diferentes (pero no “raros”). Eso es cierto, mientras las diferencias más importantes descansen en principios sólidos: bíblicos y de otro tipo. Una de las grandes fortalezas del adventismo es el estilo de vida y los compromisos doctrinales que lo distinguen como movimiento único. Representa algo bíblico, algo verdadero, algo por lo que vale la pena vivir. Esa es parte de la atracción del mensaje adventista, para las personas que buscan la respuesta a los problemas más perplejos de la vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario