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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Matutina de Adultos: Diciembre 17, 2014

En la madurez -1


Avancemos hacia la madurez. Hebreos 6:1, NVI.



No solo las personas crecen y se desarrollan; también, las iglesias. Hemos pasado un año examinando el nacimiento del adventismo; su niñez, mientras buscaba las doctrinas bíblicas que llegaron a definirlo como pueblo; y la flexión de sus músculos adolescentes al comenzar a expandirse alrededor del mundo.

Para las décadas de 1950 y 1960, había alcanzado un grado de madurez hacia el que había estado avanzando durante todas las décadas anteriores. Una señal de esto fue una internacionalización de la iglesia más auténtica que la vista en el pasado. En parte, eso había significado que los “misioneros extranjeros” de los Estados Unidos, Europa, Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica ya no controlaban la obra en los campos más nuevos de obra adventista, sino que la iglesia había formado dirigentes autóctonos en casi cada lugar de su extenso programa misionero.

Hoy, los administradores de los sectores geográficos del adventismo, a través de las divisiones de la Asociación General, son oriundos de las regiones que dirigen. Eso significa que los asiáticos dirigen la iglesia en Asia; los africanos, en África; y los latinoamericanos, en Sudamérica y Centroamérica. El dirigente de cada División mundial también es vicepresidente de la Asociación General.

Más allá de eso, hay personas de algunas partes del mundo que hace apenas unos años todavía dependían de los dirigentes estadounidenses, pero que ahora ocupan algunos de los cargos más importantes de la administración central de la Asociación General.

Esa clase de internacionalización es muy distinta de la mentalidad “misionera” sustentada en gran medida durante las décadas de 1950 y 1960. De hecho, el mismo concepto de misionero ha cambiado. Mientras que hace algunos años ser misionero significaba ir como europeo o estadounidense a algún país no cristiano o no protestante que podría ser bastante primitivo, actualmente el término implica trabajar en otro lugar que no sea su país natal. Y la misión se ha convertido en una vía de doble sentido, con “misioneros” que no solo van desde los Estados Unidos a África, sino también algunos van de África a trabajar en los Estados Unidos. “De todas partes a todas partes” refleja la forma actual de la misión adventista en forma más adecuada que la palabra “misionero”. La iglesia alrededor del mundo está creciendo.

Y, en su madurez, nuestra oración debe ser porque no se olvide hacia dónde está yendo.

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