Buscar...

jueves, 11 de septiembre de 2014

Matutina de la Mujer: Septiembre 11, 2014

Canta al Señor


” Cantad al SEÑOR un cántico nuevo; cantad al SEÑOR, toda la tierra. Cantad al SEÑOR, bendecid su nombre; proclamad de día en día las buenas nuevas de su salvación.” Salmo 96:1-2



La música se originó en el cielo. Job nos describe el magnífico acto de la creación acompa­ñado nada menos que por la música de las altas esferas celestiales: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra [...] cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?” (Job 38:4, 7).

¿Puedes imaginarte algo más grandioso y maravilloso que esto? Coros de ángeles y estrellas matutinas cantando: “¡Aleluya!”, mientras Dios formaba con sus manos el universo. Cuando alzamos nuestra vista al cielo no podemos abs­tenernos de esbozar una melodía en nuestro corazón y decir con el salmista: “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable” (Sal. 145:3).

La melodía de la alabanza nos eleva al cielo, nos ayuda a expresar admiración y adoración a nuestro Padre Dios y a comunicarnos con él. Sobre todo nos ayuda a acercarnos más al trono de la gracia, porque la música es el lenguaje del cielo.

Elena G. de White dice, citando Isaías 51:3: “La melodía de la alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se pone en contacto con la tierra, se oye música y alabanza, ‘acciones de gracia y voz de melodía’” (La educación, pp. 156, 157).

El gran amor de Dios no limitó la música a los ámbitos celestiales, sino que permitió que en la tierra sus criaturas también cantaran e interpretaran instru­mentos. Elena G. de White comenta: “Por encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la sonrisa de Dios, ‘a una cantaron las estrellas de la mañana, y gritaron de alegría todos los hijos de Dios’. Los corazones humanos, simpatizando con el cielo, han respondido a la bondad de Dios con notas de alabanza” (La educación, p. 157).

Dios permitió que en la Biblia quedara registrado el primer canto entonado por labios humanos: fue “la gloriosa expresión de agradecimiento de las huestes de Israel, junto al mar Rojo” (La educación, p. 157). Encontrarás este canto en Éxodo 15:1 al 21. Es una canción de alabanza al poder liberador de Jehová. También el libro de Salmos contiene muchas invitaciones a cantar desde lo más profundo de nuestro corazón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario