Buscar...

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Matutina de la Mujer: Septiembre 10, 2014

Viviendo con Jesús


“Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor! Y Dios le concedió lo que pidió“.1 Crónicas 4:10 NRV.



Cuando me iba a acostar solía prender la radio porque me gustaban algunos mensajes que sintonizaba. Una noche escuché por primera vez el nombre de Jabes y quise conocer mejor su historia.

Oré a Dios deseosa de ampliar mi conocimiento, y me fui a dormir tran­quila. Al día siguiente, el 30 de junio de 2011, me levanté muy temprano y al hacer mi devoción matinal, ¡oh, sorpresa!, me encontré con su oración.

Jabes tuvo un sueño, quería hacer algo grande y sabía que la única forma de conseguirlo era con la bendición de Dios. Ese día aprendí más de lo que podía imaginar. Siempre les digo a mis amigas que el Dios del pasado sigue siendo el Dios del presente y será el Dios del futuro. Él conoce nuestros sueños, anhelos, alegrías y también nuestras tristezas. Solo necesitamos entender, como Jabes, que la única forma de conseguir lo que queremos es con la bendición de Dios.

Ese día sonreí, sentí paz y di gracias a Dios por preocuparse por mí y hacerme entender que él está pendiente de los detalles que hacen a mis necesidades y preocupaciones. Así lo expresó también el profeta Nahum: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de angustia; y conoce a los que en él confían” (Nah. 1:7).

Jabes pidió cosas muy concretas en su oración. De él aprendí una gran lección. Una lectura rápida daría a entender que Jabes solo pidió bienes materiales, tierras, para ser claros. La propiedad era una de las bendiciones y la demostración de que la mano de Dios estaba con sus hijos. Donde Dios bendice hay abundancia, incluso material. Y Dios le dio a Jabes lo que pidió.

Desde entonces aprendí a pedir cosas concretas en mi oración. Dios está dispuesto a concedernos las peticiones de nuestro corazón, pero quiere que con­fiemos, pidamos con fe y le detallemos nuestras necesidades.

Querida amiga, está bien ser agradecidas por todo y cada cosa que recibimos, pero Dios quiere que seamos concretas en nuestras peticiones, aun las de bienes materiales. Seguramente nos dará lo que le pidamos si es para nuestro bien y para gloria y honra de su nombre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario