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jueves, 28 de agosto de 2014

Matutina de Menores: Agosto 28, 2014

TRICICLO JIM


«El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel» (Isaías 61: 1).



Mientras asistías al Jardín de Infantes en la Escuela Sabática ¿entonaban alguna canción sobre el campo misionero? Quizá al hablar de los misioneros te tocó llevar una Biblia, o el gorro de una enfermera. ¿Cuándo descubriste que además de médicos, enfermeras, maestros y predicadores, Dios también ne­cesita a otros profesionales diferentes? Dios utiliza a estudiantes universitarios para enseñar inglés a jóvenes y adultos en Corea, y también para que compar­tan el conocimiento de su amor. Utiliza a carpinteros y plomeros jubilados para edificar y reparar iglesias y escuelas. Lo importante es permitir que te use, a cualquier edad.

Un día leí de alguien a quien se ha llamado Rickshaw Jim. Este hermano tenía cincuenta y seis años cuando viajó hasta Sri Lanka para servir como misio­nero de sostén propio. Cuando él y su esposa regresaron a casa en 1984, descubrió que muchos cristianos habían perdido el interés en las misiones. Algo frustrado, Jim decidió hacer algo al respecto.

Primero construyó un triciclo para adultos y comenzó un recorrido por todo el estado de Washington. Al llegar a la frontera con Canadá se dio vuel­ta y se dirigió al sur, hacia la frontera con México y luego cruzó los Estados Unidos para cubrir un total de unos 8,000 kilómetros. Rickshaw Jim, o lo que es el mismo Triciclo Jim, cree en las misiones y ha encontrado una forma única y creativa de esparcir las buenas nuevas de Jesucristo, al menos en una gran parte del mundo.

Piensa en la letra del corito que quizá cantabas en el Departamento de Cuna o en el Jardín de Infantes, algo que quizá hablaba de los misioneros que marchaban a otras tierras. ¿Y qué me dirás de tus planes para el futuro? ¿No estará Dios preparándote para que prestes un servicio especial en el extran­jero? ¿Responderás al texto de hoy y algún día continuarás la labor que una vez emprendieron personas como Jim?

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