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miércoles, 27 de agosto de 2014

Matutina de Menores: Agosto 27, 2014

PARA USARLO, NO PARA GUARDARLO


«Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría» (Salmo 90:12).



¿Qué harías si hoy en la mañana un desconocido tocara a tu puerta y te entregara una chequera diciendo que ha depositado en esa cuenta la suma de $86,400? Cuando intentas devolvérsela, sacude su cabeza y dice:

—Es tuya, quédatela. Mañana depositaré la misma cantidad para que la uses. Y haré lo mismo durante el resto de tu vida.

Probablemente te sorprenderías y preguntarías:

—¿Cuáles son las condiciones?

—La única condición es que debes gastar todo el dinero durante un pe­ríodo de 24 horas. Cada centavo debe ser utilizado ese mismo día.

—¿Puedo gastarlo en cualquier forma que se me ocurra?

—Sí, como se te antoje.

Las buenas nuevas son que tú ya posees esa cuenta bancaria; no está en dólares, sino en tiempo. Cada día de tu vida se te entregan 86,400 segundos para que los uses en la forma que creas más conveniente. La única condición es que no puedes acumularlos; deberás utilizarlos todos el mismo día.

¡Muy ocupados! Todos nos sentimos muy ocupados de vez en cuando. ¿Acaso has dicho alguna vez: «Yo colaboraría en la iglesia si tuviera tiem­po»; o «ayudaría a mi hermanito a estudiar matemáticas si tuviera tiempo»; «limpiaría mi habitación y sorprendería a mi mamá ayudándola a preparar la cena si tuviera tiempo»? Pobres excusas, ¿no crees? Tienes tiempo; el mis­mo tiempo que tuvieron tus abuelos cada día de sus vidas; el mismo tiempo que tuvo Jesús; el mismo que tuvieron Adán, Rut, o Daniel.

Ese don de Dios está al alcance de todos: de los más inteligentes, los más talentosos y los que menos tienen. El tiempo nos hace iguales a todos. Tenemos la misma cantidad de tiempo para aprovecharla o desperdiciarla. Tú y yo somos responsables por la forma en que lo empleemos. Dime ¿cómo utilizarás tus 86,400 segundos de hoy? Podrías comenzar un nuevo hobby, leer un libro, hacer una caminata, observar las estrellas, sacar la basura sin que te lo digan… La lista es interminable.

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