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viernes, 18 de julio de 2014

Matutina de Adultos: Julio 18, 2014

Y ¿por qué Europa?


A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis. Mateo 10:5.



“A menudo ha surgido la pregunta de por qué el adventismo del séptimo día eligió a Europa central como el primer campo para el funcionamiento de su misión extranjera”, declaró B. L. Whitney en 1886, en el primer párrafo de Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-day Adventists, el primer libro adventista sobre las misiones de ultramar. Parte de la respuesta tiene que ver con “la misión preparatoria de Czechowski”; pero hay más que eso.

J. N. Andrews nos brinda una visión crucial del interrogante de Whitney en la primera carta que envió después de llegar a Europa. Escribió: “Creo firmemente en que Dios tiene muchas personas en Europa que están listas para obedecer su santa Ley y reverenciar el sábado, y esperar a su Hijo del cielo. Yo vine aquí a dar mi vida para la proclamación de estas verdades sagradas, en cuanto a la proximidad del advenimiento de Cristo y la observancia del sábado”.

En otras palabras, Andrews creía que su tarea era presentar las doctrinas adventistas a los que ya eran cristianos; la suya no era una misión del cristianismo general a los paganos. La responsabilidad para con estos últimos quedaría fuera del alcance de la misionología adventista hasta la década de 1890.

Borge Schantz resume exactamente la actitud adventista entre 1874 y 1890, al observar que “la misión a los no cristianos era aprobada y alabada” por los adventistas. Pero “consideraban que era tarea de las demás sociedades misioneras evangélicas atenderla. Cuando ellas hubiesen llevado a la gente a Cristo, los ASD tenían el compromiso de darles la última advertencia” y las doctrinas adventistas distintivas.

Ese enfoque surgió de la comprensión de los adventistas de que debían llamar al pueblo a “salir de Babilonia”. Anteriormente, Jaime White había expresado ese punto de vista explícitamente, cuando escribió que los adventistas necesitaban un espíritu misionero, “no para enviar el evangelio a los paganos, sino para extender la advertencia en todas las esferas del cristianismo corrupto”.

Con esa perspectiva en mente, no es de extrañar que la iglesia comenzara su obra misionera en el corazón de la Europa cristiana. Imitaba los primeros esfuerzos misioneros de Pablo, quien predicó primero a los judíos, y solo después a los gentiles.

Gracias, Dios, por la luz. Así como has dado a tu iglesia una visión más amplia a través del tiempo, oramos para que del mismo modo amplíes y profundices nuestra visión personal.

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