Buscar...

miércoles, 18 de junio de 2014

Matutina de Menores: Junio 18, 2014

El ladrón nocturno


«No tengas miedo a los peligros nocturnos, ni a las flechas lanzadas de día, ni a las plagas que llegan con la oscuridad» (Salmo 91: 5, 6)



Me desperté sobresaltada al escuchar un ruido. Levanté la cabeza de la almohada y eché un vistazo al reloj que estaba sobre la mesilla junto a mi cama. «Las 4:37 a.m.». Oí de nuevo el ruido. Había una persona al otro lado de la ventana, andando por el camino de gravilla de la entrada. Di un codazo a mi marido, que aún roncaba: «Mi amor, hay alguien ahí afuera».

—¿Eh? ¡Ah! ¡Gr…! —farfulló.

—Querido —insistí—. Hay alguien ahí afuera.

Y de nuevo me respondió una frase incomprensible. Antes de que pu­diera darle otro codazo, escuché el ruido del pomo de la puerta de la cocina.

«¿Cerramos las puertas anoche?», me pregunté. Puesto que vivíamos en el campus de una academia rural, no me había preocupado demasiado por la seguridad de nuestra casa, al menos hasta ese momento. Sacudí el brazo de mi marido, que todavía dormía.

—¡Richard, despierta!

Su respuesta fue una variación de la anterior. «Llama a la policía», pensé. El teléfono estaba en el lado de la cama de mi marido. Podía escuchar cómo alguien se movía por la cocina. Oí cómo abría la nevera, la cerraba y atra­vesaba el comedor para bajar los tres escalones que daban acceso al salón. Estaba a menos de quince pasos de mí; podía ver una tenue luz en la pared que había junto a la puerta de nuestra habitación.

Sabía que no podía quedarme tumbada y morir apuñalada en mi cama. Intenté levantarme, pero mi cerebro, bloqueado por el terror, se negó a enviar las señales necesarias a mis músculos. «Quizás solo sea una pesadi­lla», pensé. Después de sacudir el brazo de mi marido una vez más y de recibir de nuevo una respuesta nada inteligible, supe que la protección de nuestro hogar era solo cosa mía.

«Por favor, Jesús», oré. «Estoy muy asustada. Ayúdame a saber cómo debo actuar».

(Continuará…)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario