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miércoles, 25 de junio de 2014

Matutina de Adultos: Junio 25, 2014

En busca de la educación adecuada -1

 

El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. Apocalipsis 22:20.



A los adventistas que viven en el siglo XXI puede parecerles que la educación cristiana ha sido fundamental para su iglesia desde su comienzo. Sin embargo, esto dista mucho de ser cierto. De hecho, la educación formal fue la última creación institucional importante dentro de la iglesia; el establecimiento de un programa riguroso de publicaciones en 1849, una organización eclesiástica centralizada en 1863 y el servicio de atención sanitaria en 1866 la precedieron. Por el contrario, la Iglesia Adventista estableció su primera escuela en 1872 (28 años después del chasco millerita), y no tuvo un sistema generalizado de escuelas primarias hasta casi el año 1900.


Si bien el desarrollo tardío de la enseñanza adventista puede llegar a sorprender a los adventistas actuales, tiene sus raíces en la misma lógica de sus antepasados espirituales, quienes, sobre todo lo demás, creían en el inminente regreso de Jesús. Los grupos religiosos que se centran en la cercanía del fin del mundo, generalmente, no han sentido mucha necesidad de educar a sus hijos, más allá de los conceptos esenciales de su persuasión religiosa y en las habilidades necesarias para ganarse la vida a corto plazo.

Ese es el caso de la iglesia cristiana primitiva, y también del adventismo del séptimo día primitivo. Así funciona la lógica: ¿por qué enviar a los niños a la escuela, si el mundo está pronto a terminar y nunca crecerán ni usarán su aprendizaje obtenido con tanto esfuerzo? Algunos podrían interpretar que es una falta de fe brindar educación formal a nuestros hijos, ante la inminencia del advenimiento. Esas actitudes estaban muy extendidas entre los adventistas del séptimo día.

Incluso en 1862, un miembro de iglesia escribió a Jaime White para preguntarle si era “correcto y compatible que creyéramos con todo nuestro corazón en la inminente venida del Señor con tratar de darles una educación a nuestros hijos. Si es así, ¿deberíamos enviarlos a una escuela pública, donde aprenden el doble de cosas malas que de buenas?”

White respondió que “el hecho de que Cristo esté muy pronto a venir no es razón para no perfeccionar la mente. Una mente bien disciplinada e informada puede recibir y apreciar mejor las sublimes verdades de la Segunda Venida”.

Con esa declaración, sentó las bases para el desarrollo del sistema educativo adventista.

Dios quiere que desarrollemos todos nuestros talentos mientras esperamos el regreso de Jesús.

 

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