Una cosa es necesaria
«Solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada». Lucas 10: 42
EL SENTARSE A LOS PIES DE JESÚS, María experimentó la paz del perdón. En cambio, los que evitan caer a los pies del Salvador, invariablemente terminan enojados con él y lo acusan de permitir que sucedan todos sus problemas. María estaba experimentando este mensaje: «Mediante la oración, el estudio de la Palabra y el creer que su presencia mora en el corazón, el más débil ser humano puede vincularse con el Cristo vivo, quien lo tendrá de la mano y nunca lo soltará» (El ministerio de curación, cap. l l, p. 115).
El anhelo y la preocupación de María era escuchar a Jesús para que le enseñara el camino, y enderezara sus pasos (Proverbios 14: 12; 16:9). Escogió lo que el mundo y el tiempo no pueden borrar: poner a Jesús en primer lugar, tener una vida de devoción permanente, y pasar tiempo a solas con Dios (Salmo 5: 3).
Sin embargo, Elena G. White dice de Marta: «La “una cosa” que Marta necesitaba era un espíritu de calma y devoción, una ansiedad más profunda por el conocimiento referente a la vida futura e inmortal, y las gracias necesarias para el progreso espiritual. Necesitaba menos preocupación por los asuntos pasajeros y más por los asuntos que perduran para siempre. [. . . ] Hay un amplio campo para las Martas con su celo por la obra religiosa activa. Pero deben sentarse primero con María a los pies de Jesús» (El Deseado de todas las gentes, cap. 58, pp. 497-498).
De este relato, aprendemos que dedicarle más tiempo a otras actividades que no son las de Dios, es un peligro para el crecimiento espiritual. Solo una cosa es necesaria: sentarnos a sus pies diariamente, dedicar tiempo a escucharlo y buscar una vida altamente espiritual. Hemos de escoger una vida de devoción diaria cón Cristo Jesús.
Es hora de acercarnos a él y pedirle que nos acepte, que extienda su mano y nos tome fuertemente, para que en su presencia sintamos el poder de lo alto y escuchemos sus palabras: «Ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada» (Lucas 10:42).
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