El quebrantamiento, un regalo de Dios
Bueno me es haber sido humillado, para que aprenda tus estatutos.
Salmo 119:71
Nunca pensé que aquel momento llegaría. Acababa de decir adiós al joven de quien nunca quise despedirme. Lo hice sufrir con mis palabras. Llegué con el corazón quebrantado y me preguntaba: “¿Cómo llegué a este punto?”.
Lo había conocido un año antes cuando trabajamos juntos en un ministerio, y pronto nos hicimos buenos amigos. Nuestra amistad creció, y creíamos que podríamos servir más efectivamente a Dios como pareja. Estábamos muy felices, y hablábamos abiertamente de casarnos en un futuro cercano. Unos meses antes de nuestro primer aniversario de novios, sentí que Dios hablaba conmigo directamente desde su Palabra. Sentí que me llamaba a romper la relación. Me preguntaba: “¿Cómo puede ahora Dios decir no a esta relación?”.
Yo no lograba verlo, pero como les sucede a muchas otras mujeres de esta generación, mi novio llegó a ser más importante para mí que el mismo Jesús. En ese momento sentí el llamamiento, como el que Dios le hizo a Abraham para que ofreciera a su hijo amado en el Monte Moría. Estaba convencida de que aquella relación era un regalo del cielo, tal como lo fue Isaac, el hijo prometido. La Biblia dice que Dios probó a Abraham para ver quién era más importante para él: ¿el regalo o el Dador? ¿La creación o el Creador? No debió de ser una decisión fácil, pero Abraham siguió adelante por fe. Y yo debía hacer lo mismo.
Te estaría mintiendo si te dijera que mi corazón se sanó completamente y que mi vida espiritual fue perfecta tan pronto tomé esta decisión para Jesús. ¡Aún sigo creciendo! Seguir a Cristo te puede parecer a veces lo más difícil que tengas que hacer, pero te puedo asegurar que es la decisión más importante de tu vida. Mi quebrantamiento me enseñó que, cuando nos vemos a solas y con solo Jesús a nuestro lado, aprendemos que él es lo único que necesitamos. El tiene un plan glorioso para nuestra vida. Ofrece a Dios todo lo que él te está pidiendo. Ponlo sobre su altar. ¿Tienes la fe y la confianza de que él quiere lo mejor para ti?.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario