El sabio que vive en un palacio
Experimenta: ¿Qué te parece la idea de vivir en un palacio?
Habían hecho todos los arreglos para hospedarse en el mejor hotel. El costo era muy elevado pero bien valían la pena la habitación elegantemente decorada, la tina con hidromasaje del baño, la vista hacia una de las playas más hermosas del mundo y todos los demás servicios que aquel lujoso hotel ofrecía. Apenas llegaron a la habitación, Larissa se tiró de espaldas en la mullida cama, dio un largo suspiro y dijo: «Papá, ¡cómo me gustaría vivir aquí!».
Ambos padres y Adrián, su hermano mayor, sonrieron ante su ocurrencia. Adrián, burlonamente, dijo: «¿Cómo se te ocurre que podamos quedarnos a vivir en un hotel?»,
Larissa miró fijamente hacia un punto en ei techo y con seguridad, respondió: «Pues, si esa lagartija que veo puede vivir aquí sin pagar la cuenta y disfrutar todos los servicios del hotel, ¿por qué yo no?».
Los ojos de los demás recorrieron rápidamente el techo para encentrarse con una de las más comunes y corrientes lagartijas, que disfrutaba plácidamente del aire acondicionado en aquella calurosa tarde, dentro de una habitación que lucía casi como la de un palacio.
Al grito de la mamá de Larissa, el papá lanzó su zapato contra la inoportuna huésped. El animalito, sorprendido por el escándalo que interrumpía su estancia en el techo de la lujosa habitación, pegó un saltó y cayó directamente en la cabeza de Adrián quien, aterrado, la atrapó sin querer con su mano.
La Biblia expresa únicamente la verdad de la realidad de este mundo. ¡Incluso cuando habla de las simples lagartijas! Son tan comunes que pueden parecemos insignificantes. Sin embargo, en la Biblia están clasificadas como de las más sabias en todo el mundo porque, aunque las podemos atrapar con la mano, entran, salen y viven hasta en los palacios. Lee con atención el versículo de hoy, y comprueba que en la Palabra de Dios hay verdad y sabiduría infinitas.
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