Timol celestial
Experimenta: ¿En tu casa agregan orégano o tomillo a la comida? Si es así, pide que te den un poco de esas hierbas aromáticas antes de usarlas y frótalas entre tus dedos. Cuantas más frescas estén, más intenso será el olor que dejen en tu piel gracias a una sustancia llamada timol, que Dios incluyó en el aceite esencial de estas y otras plantas.
El timol del orégano y el tomillo no solamente es bueno para dar sabor y olor a la comida. Durante mucho tiempo esta sustancia, transparente y olorosa, se ha utilizado de diversas maneras debido a su capacidad para destruir bacterias y hongos. Los egipcios la usaron para conservar sus momias; hoy puedes encontrarla en la pasta con que te cepillas los dientes y el enjuague bucal que usas antes de ir a ver a esa personita que te llama la atención, porque al hidrogenarlo se obtiene el sabor a mentol. El timol también se usa diluido en otras sustancias y bajo supervisión, para combatir los infecciosos hongos y ácaros que invaden ciertos tejidos del cuerpo, los libros de una biblioteca o la piel de personas y animales.
Así también, nuestras acciones a veces, si no diariamente, despiden ese desagradable olor tan característico de un corazón enfermo de pecado. Debes tener cuidado porque la rabia, el odio, la envidia, la frustración y el resentimiento son como esporas de hongos que pueden invadirte de un momento a otro y provocar que aprietes los dientes, mientras piensas cómo te vengarás de esa persona.
Tú decides si permites que esos sentimientos te invadan como si fueran hongos o bacterias hasta provocarte serios problemas, o usar el timol celestial para purificar tu conciencia de las obras que conducen a la muerte. La sangre de Jesús es el timol celestial, capaz de protegerte y destruir cualquier obra de maldad que esté por invadirte. ¡En Jesús hay poder para conservarte, protegerte, purificarte y sanarte!
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