Un consejo difícil de seguir
«Para alegrar el corazón, buenos perfumes; para endulzar el alma, un consejo de amigos» (Proverbios 27: 9).
Olivia se acurrucó sobre su cama y dejó impreso todo su enojo en la hoja de papel. Satisfecha de su rencorosa obra maestra y sintiéndose mucho mejor, sonrió para sus adentros. «Esto le dará una lección a Cristina», pensó. «Lo lamentará». Saltó de la cama y bajó rápidamente las escaleras para buscar a su madre.
- ¿Quieres escuchar lo que he escrito? —preguntó.
- Sí, claro —contestó su madre.
Después de leerle la carta a su madre. Olivia preguntó:
- Y bien, ¿qué te parece?
- ¡Un gran trabajo! Ahora lleva la carta a la cocina, rómpela y tírala a la basura.
- ¿Qué? -Gritó Olivia- Pero ¡tú me dijiste que la escribiera!
- Sí —admitió mamá— Y el hecho de escribirla te hace sentir mejor, ¿no es así? La carta ya ha cumplido su propósito, así que tírala. ¿Mejorará la situación entre Cristina y tú si se la envías?
- No —tartamudeó Olivia— pero yo me sentiría mejor.
- Ya te sientes mejor por el hecho de haberla escrito -le recordó mamá- En este momento Cristina se está comportando mal. Si eres una buena amiga suya te darás cuenta de que su popularidad en la escuela está afectando a su buen juicio, y serás paciente con ella. Dentro de poco volverá a ser tu amiga.
- ¿Y qué debo hacer?
- Por ahora, nada. Sé amable con ella. Pero hasta que se dé cuenta de lo inmadura que ha sido, puedes salir con otras amigas.
- ¿Y si ella nunca…? – Olivia no lograba decir las espantosas palabras.- Entonces tendrás que admitir que Cristina no era la gran amiga que pensabas que era. Pero conociéndola, no creo que eso suceda.
¿Estás de acuerdo con el consejo de la mamá, de romper la carta y tenerle paciencia a Cristina? Teniendo en cuenta el texto de hoy, ¿qué otro consejo agregarías para Olivia?
(Continuará…)
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