DECIDIDO A GANAR
«En una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio» (1 Corintios 9: 24).
Para Zola Budd, su sueño de competir en las Olimpíadas de 1984 pasó a un segundo plano cuando tuvo la increíble oportunidad de conocer a su heroína,
Mary Decker. Zola, una adolescente sudafricana, tenía que luchar por su derecho a competir porque en Sudáfrica estaba vigente el apartheid, que dividía la sociedad en blancos y negros y negaba muchos derechos a los negros.Como muestra de rechazo internacional a ese sistema político, se prohibía a equipos sudafricanos participar en las Olimpíadas. Zola, de tez blanca, corría descalza y entrenaba aun sabiendo que no iba a participar.
Mary Decker. Zola, una adolescente sudafricana, tenía que luchar por su derecho a competir porque en Sudáfrica estaba vigente el apartheid, que dividía la sociedad en blancos y negros y negaba muchos derechos a los negros.Como muestra de rechazo internacional a ese sistema político, se prohibía a equipos sudafricanos participar en las Olimpíadas. Zola, de tez blanca, corría descalza y entrenaba aun sabiendo que no iba a participar.
Como tenía tanto talento, su entrenador le sugirió que fuera a Inglaterra para unirse al equipo británico. El padre de ella estuvo de acuerdo: «Es probable que allí tengas alguna posibilidad. Tu abuelo era británico puedes cambiar de nacionalidad». Zola partió hacia Inglaterra con los gastos pagados por el periódico Daily Mail. Cuando llegó, la sencilla jovencita de campo se encontró un entorno totalmente hostil; primero por parte del equipo de corredores, después por el periódico rival del Daily Mail y, finalmente, por todos aquellos que se oponían a las políticas raciales de Sudáfrica.
Un 25 de abril y con lágrimas en los ojos, Zola cruzaba la línea de meta de su primera carrera en Inglaterra, durante la que tuvo que soportar que le gritaran groserías y levantaran carteles que decían: « ¡Basura blanca, vuelve a tu país!». Fue aceptada en el equipo británico porque ganó todas las carreras en que participó. Para ganar tuvo que crear en su mente una barrera contra las agresiones del público y las cosas que se escribían sobre ella en los periódicos; se concentró solo en correr. Y su coraje se afirmaba cuando mantenía en su mente la imagen de su heroína, Mary Decker.
Tú y yo podemos aprender algo de Zola. Quizás alguien se ríe de ti o te insulta por correr la carrera hacia el cielo. Si es así, haz como Zola: no permitas que las palabras u opiniones de los demás te impidan terminar la carrera. Tienes un héroe mucho más grandioso en el que enfocar tu mente, uno que nunca te va a defraudar: Jesús.
(Continuará…)
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