Buscar...

domingo, 12 de octubre de 2014

Matutina de Adultos: Octubre 12, 2014

La Trinidad en retrospectiva


La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. 2 Corintios 13:14.



Esas fueron las palabras finales de Pablo en su segunda carta a los Corintios; una declaración que transmite a todos los lectores de la Biblia la identidad de los miembros de la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Entre la década de 1880 y mediados del siglo XX, el adventismo sufrió una revolución sobre la Trinidad, la naturaleza divina y la personalidad del Hijo y del Espíritu. Elena de White, como vimos, dirigió al adventismo en la nueva dirección. Pero, sus declaraciones no originaron la revolución, sino que incentivaron a otros adventistas a explorar la Biblia por sí mismos sobre esos temas.

Pero, aun así no se produjo un cambio rápido; de hecho, llevaría décadas. Un ejemplo de ello es el Congreso Bíblico de 1919, patrocinado por la Asociación General, que tuvo un debate abierto sobre la Trinidad que puso nerviosos a algunos. Un destacado pastor declaró: “No he podido aceptar la supuesta doctrina de la Trinidad [...]. No puedo creer que la así llamada doctrina trinitaria de las tres personas exista siempre”.

El presidente de la Asociación General A. G. Daniells trató de calmar las cosas al indicar que “no vamos a someter a votación el trinitarianismo ni el arrianismo”. También afirmó que se le habían caído las escamas de los ojos por la publicación de El Deseado de todas las gentes y había acudido a la Biblia por el tema.

En la primera declaración de las Creencias Fundamentales de la iglesia, esta asumió una postura trinitaria en 1931. Eso no significa que todos estuviesen de acuerdo. Hubo baches antitrinitarios que permanecieron hasta la década de 1940; pero, para la de 1950, la iglesia en su conjunto compartía la misma opinión sobre la Trinidad.

Por esa razón, fue sorprendente ver un reavivamiento antitrinitario. Algunos de los apóstoles de esa doctrina me atraparon en un “callejón oscuro” en el Congreso de la Asociación General de Toronto en 2000. Les pregunté por qué creían que su postura era verdadera.

“Porque era la postura de nuestros fundadores”, respondieron. Esa lógica nos llevaría a comer cerdo y a guardar el día de reposo de 18 a 18. La tradición, respondí, es una buena postura para una iglesia medieval, pero no para un movimiento cimentado en la Biblia. Eso se resolvió en la década de 1840, y se reiteró en la era de 1888.

La única tradición que cuenta es que el adventismo es el pueblo del LIBRO.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario