DOÑA SHIRLEY
«Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto» (Proverbios 3: 6).
La lancha misionera viajó cada vez más lejos, remontando el río Amazonas; la selva se iba volviendo más espesa cuanto más se adentraban en la región. El único contacto que los residentes de la zona tienen con el mundo exterior es a través del río, por esa razón la llegada de la lancha misionera siempre es un motivo de alegría. Cuando la lancha llegaba a algún pueblo, la escuela daba el día libre a los alumnos para que fueran al dentista. En una de aquellas paradas, mientras Bob y los demás médicos trataban a los pacientes, las damas decidieron visitar la escuela. Shirley llevó su Biblia y un ejemplar del libro El camino a Cristo, ambos en inglés.
En la escuela, las mujeres trataron de comunicarse con los maestros, pero ellos no hablaban inglés. Finalmente se despidieron y volvieron hacia el río. De repente, un hombre llegó corriendo: «Yo hablo inglés, soy el maestro de inglés de la escuela». Sin embargo, cuando las mujeres quisieron hablar con él, encontraron que no entendía lo que decían y tampoco ellas lo entendían a él. Shirley decidió regalarle su Biblia y el libro que llevaba, pensando que quizás él podía leer en inglés mucho mejor de lo que hablaba.
Cuando Shirley regresó a la lancha, se enteró de que aquel maestro era católico, y el único en toda la aldea que sabía algo de inglés. Ella pensó que Dios había guiado a aquel hombre para que conversara con ellas. Muy emocionada, trató de relatar su experiencia, pero nadie parecía entender la razón de su alegría. Consideraban muy pequeño el milagro de Shirley, comparado con el desafío de salvar vidas y aliviar el dolor; para ella aquel milagro lo era todo.
Dios desea dirigir tu vida. Quizás no tengas la edad suficiente como para ir a otro país, pero Dios promete guiarte, si al igual que Shirley le permites hacerlo. Algún día, quién sabe, quizá te veas a bordo de una lancha misionera, remontando el Amazonas. A lo mejor encuentras a alguien que conoció el amor de Cristo a través de una Biblia y de un libro titulado El camino a Cristo, que una dama de nombre Shirley le obsequió hace algunos años.
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