Matutina de Menores: Septiembre 15, 2014

CONSIDERA LAS POSIBILIDADES

«Ellos salieron a anunciar el mensaje por todas partes» (Marcos 16: 20).

He declarado el día de hoy como el día de las misiones. Un suceso ma­ravilloso ocurrió en esta fecha, el 15 septiembre 1874. John N. Andrews y sus dos hijos se embarcaron hacia Europa (a Suiza, para ser exactos), con­virtiéndose así en los primeros misioneros adventistas. Eran gente normal, pero ¡habían puesto en práctica una fe extraordinaria!

Si alguna vez has pasado tus vacaciones ayudando a construir una es­cuela en México; llevando Biblias a África; en la isla de Guam trabajando en la estación de radio adventista; un año enseñando inglés en Japón; o el resto de tu vida en una clínica en Malawi, hoy es el día de celebrarlo. Las siguien­tes ideas te ayudarán a aumentar tu aprecio por el servicio en el campo misionero:

1. Invita a un misionero a tu escuela para que comparta sus experiencias.
2. Lee un libro que hable de las misiones.
3. Convence a tus amigos para que un día se alimenten únicamente con un emparedado. El dinero ahorrado podrían dedicarlo a las misiones, o a alguna ofrenda especial.
4. Recoge algunas frazadas entre los miembros de tu iglesia para donarlas a un hogar para desamparados.
5. Participa en un programa de tutoría en tu escuela.
6. Recoge juguetes, nuevos o usados, para entregarlos a niños necesitados en Navidad.
7. Organiza una «fiesta misionera» a la que todos asistan vestidos con trajes de diferentes países. Pide a los miembros de tu iglesia que traigan platos típicos y música, y que dirijan juegos de sus respectivos países. Solicita que hablen de sus culturas.

Siete posibilidades entre miles. «Un momento —podrías decir—, no pue­do hacer todo eso. Soy muy joven». Recuerda lo que dijimos acerca de perso­nas comunes con una fe extraordinaria. ¿Sabes que algunos chicos de tu misma edad pusieron en práctica estas ideas en su escuela o en el Club de Conquistadores, y en algún caso sin ayuda de adultos? La gente común que posee una fe extraordinaria, cuando cuenta con la bendición de Dios, ¡puede hacer maravillas!