Buscar...

viernes, 19 de septiembre de 2014

Matutina de la Mujer: Septiembre 19, 2014

El ganó mi juicio


“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará caído para siempre al justo”. Salmo 55:22.



En 2009 me hicieron un juicio por una deuda que pagué sin reclamar los pagarés. Los abogados que consulte me dijeron que debía pagar o perdería mis bienes. Quedé muy preocupada y me arrepentí de no haber valorado lo que Dios me había dado, pues al firmar los pagarés estaba arriesgando todo lo que tenía.

Cuando me comunicaron lo del juicio y sus consecuencias, llorando clamé a Dios por ayuda. Me levantaba de madrugada, pues no podía dormir. En diciem­bre de ese año estaba hablando con Dios, cuando el versículo de hoy pasó bajo mi vista: “Echa sobre Jehová tu carga…”. ¡Lo había leído tantas veces! Pero esta vez me detuve y le pregunté a Dios en voz alta: “Señor, ¿cómo puedo echar mi carga sobre ti? Todos los días hablo contigo, oro y te consulto, pero no sé cómo hacer para darte mi carga. Ayúdame a salir de este problema”.

Entonces, entendí lo que significaba “echar mi carga” sobre Dios. Volví a orar con lágrimas de dolor: “Señor, yo no sé nada de juicios, ni conozco abogados que me puedan ayudar y defender. Me dicen que pague, pero tú sabes que ya lo hice. Hoy entendí que debo dejar mis preocupaciones en tus manos. Por eso quiero decirte que no voy a hacer nada para defenderme. Tú serás mi abogado y mi juez. Te entrego mi juicio, es tuyo, Padre”.

Desde ese momento me sentí aliviada y tranquila. Los textos que hablaban de justicia me hacían sentir seguridad.

Ese mismo día me encontré con Amelia. La había conocido tres años antes, en momentos muy difíciles para ella. Le brindé ayuda espiritual y ella quedó muy agradecida. Al verla, le comenté acerca del juicio. Me hizo algunas preguntas y luego agregó: “Yo sé quién puede saber si tu juicio está perdido o tiene solución”. Me recomendó una abogada que me aseguró que mi caso tenía solución, que esperara tranquila mientras ella se encargaba de todo. ¡Y todo resultó a mi favor!

Querida amiga, Dios puso en mi camino a la persona que tomó mi caso en sus manos y lo llevó a buen término. Así, Jesús, nuestro abogado, toma el “juicio” de cada una de nosotras y lo gana, pues él nunca perdió un juicio en favor de sus hijas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario