Tú, Señor, estarás conmigo
“Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor estarás conmigo” Salmo 23:4 DHH
Hace algún tiempo me tocó atravesar uno de los momentos más difíciles de mi vida y creí que no lo podría superar, pero Dios me ayudó a llegar al otro lado “del más oscuro de los valles”.
Era la mañana de un sábado hermoso. Al levantarme, vi a mi madre leyendo su Biblia, como todos los días. Aún recuerdo sus palabras al llevarle el desayuno: “Esta comida está rica porque está hecha con amor”. No sabía que ese sería el último desayuno que prepararía para ella.
Mientras me alistaba para salir temprano a acondicionar el ambiente para la clase de Escuela Sabática de niños, escuché sus últimas recomendaciones: “Ahora ya estás lista físicamente, no olvides pedirle a Dios que te revista también de su gracia y su sabiduría”.
Mi madre descansó unas horas después, ese sábado 16 de abril, con un diagnóstico inexplicable. Aquel día se transformó en un día trágico para la familia. Ella era nuestra columna espiritual, nos unía en el culto, oraba con nosotros y por nosotros; yo jamás había concebido mi vida sin ella, pues era todavía joven.
Hay cosas que no planificamos, pero suceden, porque vivimos en un mundo de dolor, enfermedad y muerte. Cuando la tristeza sacude nuestra vida, sentimos una sensación de vacío y desfallecemos. Situaciones como estas prueban nuestra fe.
La promesa divina “no te dejaré ni te desampararé” me dio consuelo y esperanza. Que Jesús estuviera a mi lado en “el valle de sombra y de muerte” era lo que necesitaba en esos momentos difíciles.
La iglesia también fue una bendición para mi familia y para mí. Personas amigas y hermanos que mostraron su amor al trasmitirnos esperanza, nos ayudaron a sentir que pertenecíamos a la familia de Dios.
Querida amiga, quizás haya personas a tu alrededor que están necesitando de un amigo o un hermano. Acércate y ayúdala a llegar al otro lado del “valle de sombra y de muerte”. Será de beneficio espiritual para ella y para ti. Y si eres tú quien se encuentra en el oscuro valle del desánimo, el dolor o la muerte, acude a nuestro Padre celestial. Confía en él y él te dará la paz que necesita tu corazón.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario